18/09/2020
Antes de comenzar, quiero aclarar que no apoyo ni respaldo a ningún político o partido.
A lo largo de la historia, la ira y el miedo se han utilizado como instrumentos de control y dominación por las élites y los grupos gobernantes. Primero fue el miedo a los dioses, la naturaleza, las enfermedades; posteriormente a las confrontaciones bélicas, y actualmente el miedo al comunismo, la criminalidad, la violencia y la precariedad económica y laboral.
La construcción y el ejercicio del poder político se sustentan, en parte, en la movilización de las emociones y sentimientos del ser humano. Es importante resaltar que para llegar al objetivo de influir en el imaginario individual de las personas, primeramente se tuvo que haber planeado estratégicamente los recursos para estimular los sentimientos que favorecen al titular que la emite y para evitar que sea contraproducente. De esto se encargan las campañas políticas. La manipulación masiva, al igual que la propaganda, busca direccionar el pensamiento de los ciudadanos a su favor. 
También existe otro concepto en el cual recae mucho peso: La guerra sucia. Esta se ha consolidado como uno de los recursos de campaña que más pueden influir en los ciudadanos a la hora de elegir su voto. Se define como un conjunto de acciones ilícitas que utiliza un grupo político, social o militar para conseguir un fin. Principalmente para atacar a cierto contrincante. Existen varios recursos que se utilizan en la guerra sucia como: imágenes, videos y carteles propagandísticos e incluso actos más ilícitos como lo son los secuestros y las desapariciones.
Las redes sociales son el peor lugar en internet para informarse de temas políticos, ya que se ha perdido mucho el valor periodístico de las notas de ¨especialistas¨ y ahora, en esta evolución tecnológica que ha transformado al consumidor en creador de contenido, fluye una enorme cantidad de información que la gente no cuestiona su validez o veracidad.
En las campañas electorales de la presidencia de México en 2018, ocurrió un fenómeno que contrasta perfectamente una campaña teñida de ira de López Obrador de MORENA y las campañas adornadas de miedo por parte de Meade del PRI y Anaya del PAN. 
Tras dos elecciones perdidas, y aunado a los constantes tropiezos del PRI y del PAN en los distintos estados de la república y en la presidencia; así como una guerra fallida contra el narcotráfico, funcionarios corruptos y casos como el de los estudiantes de Ayotzinapa. El candidato de MORENA aprovechó el hartazgo, la frustración y el resentimiento del pueblo mexicano, para fomentar una estrategia de ira, una aversión hacia los partidos y los candidatos que agrupa como PRIAN e incluso ante los ciudadanos que no piensan como él y su autoproclamada ¨4ta transformación¨. Posteriormente adoptó un liderazgo populista que lo posicionó como: “La esperanza de México”. 
Los candidatos del PRI y del PAN, trataron de fomentar una aversión hacia López Obrador con rumores y miedo. Era normal escuchar en las calles las palabras “AMLO nos convertirá en Venezuela”, acompañadas de un miedo ante el autoritarismo y la dictadura que supuestamente impondría el mismo. Así como las acusaciones de que es comunista (que todavía siguen) cuando claramente no lo es. (Recordemos la relación con su gran amigo el empresario Salinas-Pliego)
La ignorancia es el espacio más fértil en donde las campañas plantan los sentimientos de ira, odio y miedo. Estos al florecer, obligan al receptor, que ha servido como maceta de la estrategia, a tomar una decisión para que sienta que su voz ha sido tomada en cuenta. La democracia se convierte en un concurso de popularidad, en donde la mayoría de los ciudadanos votan por alguien, para evitar que el otro gane.
Los argumentos de miedo no fueron suficientes ante la ira que provocaba el PRI y el PAN en el pueblo mexicano. El voto de ira venció al del miedo y López Obrador ganó la elección presidencial con un amplio margen de diferencia. El miedo y la ira son sentimientos que movilizan más a los votantes que las capacidades y las propuestas de los candidatos. Los partidos con ventaja serán los que mejor sepan movilizar y canalizar estos sentimientos. 
Aquí quisiera plantear una pregunta que me parece no tiene respuesta; ¿Qué se puede hacer cuando te presentan las opciones que puedes elegir y ninguna de las opciones genera un cambio positivo, ni representa tus valores?
Es importante informarse de fuentes confiables sobre los candidatos, conocer a profundidad sus propuestas y no tener miedo al progreso. Creo que es tiempo de educarnos como sociedad para evitar sesgar nuestro apoyo hacia algún partido en concreto y para exigir mejores políticos. Porque entre más tiempo tardemos en hacerlo, más tiempo prolongaremos a los políticos populistas que están condenados a fracasar. También recuerden darle la importancia que se merece a ir a votar. Porque si votar no sirviera de nada, los partidos políticos no se esforzarían tanto en tratar de manipularnos.
Así que si viven en estados unidos, ¡VOTEN!

Gracias por leer.
-Erick